jueves, 10 de abril de 2008

CULTURA

UN GRAN ARTE A BENEFICIO
La legendaria ciudad de San Petersburgo, antigua capital zarista, tierra de la elite de las letras rusas, Pushkin, Navokob y Dostoievsky, y la cuna innegable del ballet ruso. Fue en San Petersburgo donde surgió la primera compañía de ballet ruso, bajo la influencia de destacados artistas de ballet de Europa del este. La actual compañía de san Petersburgo fue creada en 1966, como “Ballet del Teatro de San Petersburgo”, bajo la dirección de Piotr Gusev, famoso bailarín, coreógrafo y profesor condecorado con la máxima distinción rusa: Artista del Pueblo; posteriormente fue dirigida de 1969 a 1976, por el gran coreógrafo Leonid Yakobson, Artista de Honor de Rusia y laureado con el Premio Nacional de la URSS, y actualmente se encarga de la compañía Boris Eifman. El ballet de San Petersburgo compone hoy en día la formación de una de las mejores compañías del mundo; Rusia tiene la mas larga tradición de jóvenes que dedican su vida al completo arte de la danza, cuenta con una amplia tradición histórica en el ballet clásico, al grado de considerarlo ya como parte de su folklore y cultura nacional. Sobre sus actuaciones se dice que bailan como auténticos ángeles, que se mueven como si una fuerza sobrenatural los impulsara, controlando con absoluta precisión cada paso y cada salto, como si fuesen pinceles que pintan un inspirado lienzo sobre las tablas del mismo escenario. Entre su repertorio se incluyen varias obras de danza y una gran selección de ballets clásicos y modernos; ballets tradicionales, creados y preservados asimismo en San Petersburgo, representaciones como “La Bella Durmiente”, “El Lago de Los Cisnes”, “Romeo y Julieta”, “El Cascanueces”, “La Bayadera”, “Don Quijote” y “Giselle”, entre otras. El día 8 de marzo a las 20:30 horas, en el Teatro Diana se presentara “La Gala del Ballet de San Petersburgo”, en una velada única, a beneficio de los pacientes de la tercera edad que son atendidos en El Hospital Civil de Guadalajara. Un evento irrepetible, donde se conjugaran tanto la técnica de los bailarines, como el arte de la compañía; todo esto aunado a un gran espíritu de colaboración, solidaridad y entrega hacia las causas que benefician a la sociedad y sus habitantes. Asista y colabore. Boletos en taquilla. Teatro Diana, avenida 16 de septiembre 710, colonia centro, teléfonos 36-14-79-40 y 36-14-70-72.

EL BALANCE DE COLOMBIA EN LA FIL 21
CAFÉ, MUSICA Y SOBRE TODO LIBROS

Durante nueve días Guadalajara vistió por toda la ciudad los colores y costumbres del país invitado, Colombia. Más de 1,600 periodistas de todo el mundo cubrieron y publicaron diariamente notas sobre el desempeño de esta delegación en nuestro estado.
Colombia ofreció a 300 artistas, entre escritores, cineastas y músicos, los cuales desarrollaron 132 actividades entre exposiciones, foros literarios, conciertos, funciones de teatro, cine foros y eventos académicos.
Catalina Ramírez, Directora de la Biblioteca Nacional de Colombia señalo: “Ninguna campaña de promoción en el exterior podría haber sido tan efectiva como lo ha sido estar en el corazón de esta feria, la cual es una verdadera ventana al mundo”. Afirmo que es tan efectiva porque no solo el país anfitrión reproduce noticias sobre Colombia, sino asimismo periódicos y publicaciones nacionales e internacionales, los cuales los ponen a figurar en sus primeras planas lo que se considera como la esencia de su identidad y la diversidad cultural. “Todas las manifestaciones culturales que trajimos a esta feria permanecen durante mucho tiempo en el alma de estos 60,000 visitantes diarios que pisaron nuestro pabellón”, confirmo Ramírez.
Durante nueve noches los ritmos colombianos invadieron e hicieron contonear los pies y las caderas los tapatíos, y en los paladares de casi un millar de personas quedaron los sabores de esta destacada tierra.
Moisés Melo, presidente de la cámara colombiana del libro, resalto la relevante participación de las pequeñas editoriales y las universitarias, las cuales lograron haces visibles sus volúmenes en los salones de negocios de la Fil., y gracias a esto consiguieron alianzas con editores locales y distribuidores, “Hay muy buenas perspectivas de negocios con importadores y distribuidores mexicanos y también con editores para hacer coediciones”, asevero melo. De igual modo, evaluó el rotundo éxito que obtuvo la librería colombiana y que le permitió mostrar un panorama general de la literatura y de la edición nacional. “Se ofrecieron 4,100 títulos, de los cuales el 90 % han sido editados en los dos últimos años. Esta fue una oferta viva y reciente, y muchos libros se agotaron desde el primer día. Se vio un gran interés del publico por nuestra producción editorial, especialmente por la narrativa, los libros infantiles y académicos”, expreso Melo.
La participación de Colombia en la Fil. Fue igualmente benéfica para el sector del turismo. En el pabellón colombiano se entregaron más de 150,000 folletos sobre los diversos sitios de interés que tiene este país sudamericano.
Augusto Zapata, representante de Proexport, señalo que la gente que visito al feria quedo enamorada de Colombia, “Entendieron el slogan que decía que el único riesgo de ir a nuestro país es de que se quieran quedar. Colombia le mostró a los mexicanos que hay opciones de inversión, que hay opciones para hacer negocios. Con esta participación mostramos una cara amable de un polo de desarrollo nuevo para el mundo”.
En cuanto a las artesanías mostradas, estas prácticamente se robaron el show. La empresaria mexicana Leticia Olmedo, quien estuvo encargada de su comercialización en la Fil., expuso que se vendió un estimado de 50,000 dólares, una cifra bastante complaciente, y anuncio que solicito la representación de esta marca para México, y que próximamente abrirá un par de tiendas en este país. “La aceptación fue total. No queda duda que la artesanía de Colombia esta a un altísimo nivel. En cuestión de diseño se trajeron cosas maravillosas”, agrego olmedo. Moisés Melo, Presidente de la Cámara Colombiana del Libro concluyo “El país tiene que tener confianza en si mismo para salir a conquistar el mundo con su música, su literatura, su pintura, sus estudios académicos, pues esto crea un espíritu de entusiasmo en toda la población, tal y como pasa cuando se sale a competir con la selección colombiana de fútbol”.
Seguramente lo más valioso que se lleve Colombia con su participación en el maravilloso escenario de las Letras Hispanoamericanas es saber que a través de su producción cultural puede conquistar el mundo.
Como datos anecdóticos de la Fil. sobresale que las ciudades colombianas por las que mas preguntaron los tapatíos fueron Cartagena de Indias y San Andrés. El éxito que tuvo el Café Literario con la marca Juan Valdez fue arrollador; Los tapatíos aprendieron las diferentes clases y decían: ¡Déme un café cumbre, uno amazónico, uno del bosque! los libros mas solicitados en el stand colombiano fueron los de Héctor Abad, Faciolince, Efraím Medina, German Espinoza, Fernando Vallejo, Laura Restrepo y Álvaro Mutis; Sin embargo que mas se vendió fue el de Maria Villegas, “Cosas de niñas”; curiosamente en la librería colombiana no se pudo vender ningún libro de Gabriel García Márquez, por la cuestión de los derechos, sin embargo “Cien años de soledad”, en edición conmemorativa fue el libro mas vendido de la Feria, perteneciendo a la Editorial Santillana; asimismo en el librería de Colombia muchos lectores preguntaron por Pablo Escobar, el famoso narcotraficante de los 80S y 90s, pero para su sorpresa no hubo ninguna referencia. Para variar, las chivas fueron los objetos artesanales mas cotizados de la Feria y los que mas rápido se agotaron, también las molas, el sombrero vueltito y la caña flecha llamaron mucho la atención. Los videos de Shakira fueron una sensación en el stand, cada vez que los pasaban la gente se aglomeraba para verlos. Álvaro Ávila, artesano colombiano, vino con sus artesanías a la Feria y preciso “Traje unas 300 imágenes de la virgen y en el ultimo día me quedaban solo 20, jamás en mi vida había visto una feria donde la gente disputara las cosas para llevárselas; La gente no esperaba las maravillas que especialmente se trajeron”.
El balance final de la feria quedo de la siguiente manera, Numeralia: 559,271 visitantes a la Expo, 1,674 Editoriales, 17,240, Profesionales del libro, 1,644 Representantes acreditados de los medios de comunicación, 455 Medios de comunicación, 125 Agentes Literarios, 328 presentaciones de libros, 40 países representados por editoriales, niños asistentes a la Fil. 133,570, actividades de Fil. joven 40, empresas que participaron en el Salón de Derechos 65, patrocinadores y auspiciantes 44, premios y homenajes 11, Foros académicos 20, Foros literarios 24, actividades artísticas y culturales 86, visitas a la pagina Web durante los nueve días de la Fil. 1,517,030, hubo una inversión de 48 millones de pesos y una derrama de 50, con los cual quedaron dos millones como ganancia para el Patronato de la Fil. y de la propia Universidad de Guadalajara.

EL HOSPICIO CABAÑAS

El Hospicio Cabañas comenzó a erigirse en 1805 por petición del obispo tapatio Juan Cruz Ruiz de cabañas y crespo al entonces rey de España Carlos III, siendo concebido sobre un plano del arquitecto valenciano Manuel Tolsa, el mas afamado que había en el país y proveniente de la academia de San Carlos, quien en realidad nunca asistió a ver su obra a Guadalajara y solo diseño personalmente la cúpula de la nave principal, pero la puso bajo la dirección de su alarife de mayor confianza José Gutiérrez, quien contó a su vez con la colaboración de pedro ciprés, renombrado artesano de Mezquitan, Gutiérrez fue el encargado de nivelar el accidentado terreno y poner dos puentes que cruzaran sobre el rió de San Juan de Dios, terminándose con la mayor parte cinco años después, utilizándose cuatro manzanas para su formación y abriendo como “La Casa de la Misericordia” el 10 de febrero de 1810.
Desde su fundación fue utilizado como albergue para huérfanos, ancianos, lisiados y desamparados que deambulaban en nuestra ciudad, y que además les sirviera como un taller de aprendizaje. En ese mismo año de 1810, en plena efervescencia independencista, fue usado como bodega de armas, caballos y tropas, además de centro de concentración de ciudadanos españoles, personajes como José Antonio “el amo” Torres y el cura Miguel Hidalgo respetaron este recinto, pero no fue así con el brigadier José de la Cruz, quien hecho fuera a todos los inquilinos y lo convirtió en ciudadela, lo que le ocasiono el subsecuente maltrato y deterioro.
Fue hasta que llego el primer gobernador oficial del recién nombrado “Estado Libre y Soberano de Jalisco”, Prisciliano Sánchez, en que fue terminado de construir y se busco que retomara su función original, sin embargo este esfuerzo fue en vano pues la autoridad militar no lo abandonaría sino hasta 1828. Es así que de inmediato se emprenden los trabajos para habilitar nuevamente este inmueble, asumiendo en febrero de 1829 sus funciones, solo que a partir de entonces con carácter provisional, dedicándose exclusivamente a la niñez, pero solamente hubo recursos para admitir a poco más de 40 infantes.
José Gutiérrez regreso brevemente a Guadalajara en 1826, sin embargo no continuo con su obra de la cúpula principal que había quedado pendiente, pero en cambio le dejaría sus enseñanzas a Manuel Gómez Ibarra, el cual también construirá años después el panteón de Belén, y a quien patrocinaría desde 1836 el obispo Diego de Aranda y Carpinteiro, para que poco a poco le fuera dando fin a la construcción, destacando ese mismo año la firma del acta de desconocimiento hacia la presidencia de Antonio López de Santa Anna.
En 1842 una de las famosas “culebras” de agua que azotaban ocasionalmente a Guadalajara le causo severos daños por lo cual fue necesario recomenzarlo, siendo hasta 1845 en por fin quedo totalmente terminada esta obra, con un entramado de 23 patios. Los primeros patios y corredores son más pequeños que los siguientes en virtud de que estaban dedicados a inquilinos de menor edad.
Sin embargo, poco duraría el gusto, pues al año siguiente, 1846, es convertido nuevamente en cuartel. En 1852 se firma el llamado “Plan de Hospicio”, que llevaría nuevamente a López de Santa Anna a ocupar por última vez la presidencia de la republica. en 1853, nueve años después de haberse establecido en México, llegan las primeras Hermanas de la Caridad a la ciudad, cuyo valía y desempeño hace que un bienio mas adelante se les encomiende la administración del entonces recuperado hospicio, permaneciendo en este sitio hasta 1874, pues serian posteriormente expulsadas por el entonces presidente Sebastián Lerdo de Tejada. A las Hermanas de la Caridad les toco un periodo sumamente difícil como seria la guerra de reforma, de 1858 a 1860, durante la cual tanto conservadores como liberales respetaron esta venerable casa, y a pesar de la desamortización de los bienes eclesiásticos que les ocasiono la perdida de ranchos y haciendas, además del fraccionamiento de su esplendida huerta, las Hermanas de la Caridad al retirarse de la institución tenían albergados y atendidos a mas de 600 asilados.
Es así que con el paso del tiempo el instituto pasa a manos del Gobierno Mayoritario de Señoritas en 1894, y al siguiente año, 1895, al de Viudas, agrupaciones nombradas directamente por el gobernador del estado para encargarse de su manejo.
La institución ha sobrevivido a la suspensión de recursos gubernamentales durante tres periodos, José Ceballos, 1876, Francisco Tolentino, 1883, y Luis Curiel, 1893, todos ellos generales, manteniéndose con los recursos suficientes gracias a la ayuda de particulares como fue el caso de la Asociación Protectora de la Casa de Cuna. Durante la época porfirista de todos los gobernadores que hubo en este periodo solamente el general Ramón Corona apoyo en sus labores al hospicio.
En 1910, durante el levantamiento revolucionario esta casa sostenía con el suficiente decoro a 672 internos, 28 niños de cuna, 150 párvulos, 327 niños de entre 7 y 12 años, a 125 jóvenes mayores de 12 años, y a 42 ancianos, sin embargo este movimiento aumento de habitantes de la casa, disminuyendo considerablemente el monto de los recursos, llegando a pasar la institución por verdaderas penurias, situación de la que se recupero con excesiva lentitud hasta que iniciaron los años 20´s. Es hasta La década de los 40´s es en que vuelve a ser autosuficiente gracias a la atinada dirección de la directora Asunción García Sancho, quien lo condujo eficientemente hasta su fallecimiento.
Es en la cúpula mayor donde el pintor zapotlense José Clemente Orozco da a conocer la mejor expresión del muralismo mexicano, desarrollando entre 1937 y 1939 53 frescos en sus paredes, bóveda y cúpula, sobresaliendo su invaluable obra cumbre “El hombre de fuego”, además de realizar otros lienzos igualmente relevantes donde aborda las diferentes etapas de la historia de México.
En 1980 termina su función como centro de asistencia, pues se concluyo la edificación de una construcción que iba mas acorde con los requerimientos modernos, por lo que esta entrañable casona paso a convertirse en el Instituto Cultural Cabañas a partir de 1982, siendo desde entonces patrocinado por el gobierno del estado, desarrollándose en sus instalaciones actividades tanto educativas como artísticas, además de convertirse en museo al darle cobijo a una parte importante de la obra de Orozco. Finalmente En 1992 es nombrado sede de la Secretaria de Cultura del Gobierno de Jalisco, función que ha desempeñado desde entonces. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO en 1997.

1 comentario:

Irguheva dijo...

Hola me gusto mucho tu escrito sobre el Hosp[icio cabañas es muy interesante,te felcito,saludos afectuosos.